Los aumentos y eventuales disminuciones -durante una depresión- del valor del suelo, en conjunción con las variaciones de precios de otros activos de la economía, llevan a pensar que el mercado de la tierra y los demás mercados de activos, tales como acciones, instrumentos financieros, etc., tienen elementos en común. Se plantea así la hipótesis de su pertenencia a un mercado amplio de mantención de riqueza, con operaciones de arbitraje entre los distintos submercados. La forma precisa en que se expresa esta eventual integración, las barreras que pudieran existir para que el arbitraje se manifieste por completo y, en general, los aspectos peculiares de este activo en la optimización de los portfolios, son cuestiones que forman parte de este planteamiento general.