Académico del Instituto de Economía expuso en un seminario sobre los desafíos para enfrentar la pesca ilegal en Chile
El profesor Asociado del Instituto de Economía UC, Raimundo Soto, participó en el seminario «Pesca ilegal y el incumplimiento de las regulaciones pesqueras y de conservación», organizado por el Centro UC de Estudios Asiáticos (CEA UC) y el Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS) en colaboración con el Núcleo Milenio sobre los Impactos de China en América Latina (ICLAC). El académico hizo un repaso de las cifras de la pesca ilegal en nuestro país y en el mundo y las dificultades que enfrentan las autoridades para su fiscalización.
El Centro UC de Estudios Asiáticos (CEA UC) y el Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS) en colaboración con el Núcleo Milenio sobre los Impactos de China en América Latina (ICLAC), realizaron en el auditorio de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política el seminario «Pesca ilegal y el incumplimiento de las regulaciones pesqueras y de conservación: perspectivas sobre los actores asiáticos y latinoamericanos y las dinámicas económicas, sociales, políticas y ecológicas que explican el incumplimiento».
Uno de los panelistas invitados fue el profesor asociado del Instituto de Economía, Raimundo Soto, quien abordó la envergadura de la pesca ilegal en nuestro país y en el mundo, su importancia, el enfoque económico de esta actividad y, por último, las cifras de la problemática de la pesca ilegal en Chile.
En términos globales, sobre la actividad pesquera ilegal, el profesor señaló que la importación de productos del mar en Estados Unidos suma 5.300 millones de libras, representando cerca de US$ 18 mil millones, y que alrededor del 11% de este valor proviene de actividades ilegales, no reguladas o no reportadas. En la Comisión Europea, aseguró, se estima que las actividades ilegales en la pesca alcanzan los 10 millones de euros, afectando al 20% de todo el consumo pesquero en Europa. “Y a nivel mundial la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por su sigla en inglés) estima que podría ser un negocio de alrededor de US$ 20 mil millones”, añadió.
Sobre la relevancia de este tema, Soto explicó que, “hay una demanda creciente de proteínas y no se va a acabar. Y, por lo tanto, vamos a seguir teniendo una presión de demanda que es muy fuerte”.
Algunos de los problemas asociados a la pesca ilegal que señaló el académico tienen que ver con temas de sustentabilidad, sobreextracción y pérdida de biodiversidad en especies marinas. Aseguró además que afecta los niveles de bienestar y de pobreza de la población que depende de la pesca, así como a los consumidores que se ven impactados por la insostenibilidad de la actividad.
“Además, la pesca ilegal tiene otros problemas asociados. En primer lugar, penaliza al pescador honesto y reduce la innovación. Y, además, a esta altura ya se habla claramente de que existen crímenes organizados”, agregó.
Entre los motivos que dificultan el control de la pesca ilegal, el académico apuntó a los altos costos de fiscalización, la falta de derechos de propiedad en Chile más allá de las 200 millas marítimas y a la falta de regulación coordinada a nivel global. “Lo otro que complica es que las sanciones tampoco son muy fuertes. Hay multas y otras cosas, pero no desincentivan a las personas a meterse en este tema”, añadió.
¿Qué tan grande es la pesca ilegal en Chile?
“Casi no tenemos datos que sean confiables, que sean largos en el tiempo, que nos permitan decir si esto va aumentando, si se va reduciendo, y cuál es el resultado de los esfuerzos por controlar la pesca ilegal”, señaló Soto respecto a la magnitud de la actividad pesquera ilegal en el país.
En ese sentido, sobre las razones de las dificultades para el monitoreo, dijo el profesor que “son las típicas cosas, por ejemplo, que la costa chilena es muy larga y fraccionada teniendo en cuenta que pueden ser 6.500 km de largo”. Además, dijo, “el gobierno no tiene muchos recursos, hay demasiadas agencias gubernamentales que no están necesariamente muy bien controladas y la regulación es insuficiente”.
De acuerdo con el académico, las cifras correspondientes al 2022 dan cuenta de una captura de 2.800 toneladas de pesca ilegal. “Ese es un número muy pequeño comparado con las cerca de 3 millones de toneladas de pesca que hay en Chile”, aclaró.
Con todo, el académico resaltó que “tenemos un problema complejo en el que necesitamos alinear cuotas con extracciones, con logística, con consumo, y no tenemos una autoridad general que vele por este tipo de cosas. Tenemos muchas agencias separadas en distintas dimensiones lo que, de alguna manera, hace difícil manejar el negocio de manera sustentable”.