Economista UC y profesor en Berkeley: la historia de Nano Barahona
La historia de Nano Barahona comenzó en Santiago y ahora continua en California, donde es Profesor Asistente en el Departamento de Economía en la Universidad de California, Berkeley. En 2012 realizó el Magíster en Economía UC y desde entonces, su carrera ha ido en ascenso en Stanford University y UC Berkeley.
Nano Barahona: “Ahora que empiezo esta nueva etapa, puedo decir que haber entrado al magíster fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida”, afirma. Sobre encontrar su camino en la economía y los problemas que superó nos cuenta en la siguiente entrevista.
¿Por qué te empieza a gustar la economía?
La verdad es que desde chico siempre me interesaron harto los problemas económicos. Sin embargo, me gustaban también las matemáticas y la física. A los 18 años es difícil saber qué es lo que uno quiere estudiar. Sin mucha información, decidí entrar a Ingeniería en la UC. Sentí que, dado mis variados intereses, eso podía ser un mejor fit. Terminé estudiando ingeniería industrial eléctrica, que me gustó harto. En Ingeniería también me gustaron mucho los ramos que hice de Economía, pero fue recién en quinto año, haciendo el curso de Finanzas, cuando me di cuenta del potencial que había en investigación en temas relacionados con Economía y Finanzas.
Ese mismo año, el 2011, fue un año de muchas marchas en el que tomó mucha fuerza el movimiento estudiantil, por lo que la discusión económica, tanto positiva como normativa, estaba muy caliente a nivel país. Eso me motivó a leer más sobre el tema, y mientras más leía, mas me daba cuenta de lo interesantes que eran.
Esto, junto a otras cosas que pasaban a mi alrededor, me hicieron plantearme la idea de seguir estudiando y buscar hacer un post-grado académico después de mi pregrado. Me interesaba mucho entender los problemas sociales a fondo y de forma rigurosa. Además sentí que las herramientas que había adquirido en mi pregrado eran un buen piso para poder aprender y luego ser un aporte en el futuro.
¿Por qué decides estudiar el Magíster en Economía en la UC?
En ese momento de decidir qué hacer una vez terminado el pregrado, me puse a hablar con distintos profesores de Ingeniería y de Economía para pedir consejos. Uno de mis mejores amigos también estaba empezando el Magíster de Economía después de haber estudiado Ingeniería Comercial y me contó más o menos de qué se trataba el programa. Al final me decidí por hacer el Magíster en Economía en la UC, pensando que me podía aportar mejores herramientas y mayor diversidad de temas. Sin duda la planta de profesores del Instituto de Economía es excelente y ofrece distintos campos de especialización. Finalmente, en sexto año de Ingeniería empecé a hacer el magíster en paralelo.
De ahí en adelante fue todo mucho más fácil. Cuando entras al magíster te das cuenta de que hay un grupo importante de alumnos excelentes con mucha motivación y las mismas ganas de uno de aprender lo más posible. Eso te motiva muchísimo y se hace muy fácil dedicarle el tiempo necesario a cada curso para sacarle el mejor partido posible. Además, los ramos son desafiantes intelectualmente y te hacen sentir exigido constantemente. Ahora que empiezo esta nueva etapa (el doctorado en Economía) puedo decir que haber entrado al magíster fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Estoy muy feliz con la experiencia y sin duda no podría estar haciendo lo que estoy haciendo ahora si hubiese elegido un camino distinto.
¿Cómo fue estudiar en la Universidad Católica?
La experiencia fue super buena. La UC tiene muchos recursos y una muy buena planta académica. Siempre apoyan en lo que pueden y te abre muchas puertas hacia el futuro. Hay cosas que sí me hubiese gustado que sean diferentes, como por ejemplo, haber convivido con un grupo de alumnos más diversos.
¿Por qué te interesa el área de finanzas públicas?
Me interesa mucho poder usar herramientas económicas para informar el diseño y evaluación de políticas públicas. Creo que la buena implementación de políticas públicas puede hacer una diferencia enorme en las personas que conviven con la realidad en su día a día. Preguntas como si la educación superior debe ser gratuita o cuál es el mejor diseño para un sistema de admisión universitaria que sea justo y equitativo son preguntas en donde la Economía ofrece herramientas útiles para analizarlas.
¿Cómo fue tu paso por Stanford al hacer tu PhD?
La experiencia en el doctorado fue muy gratificante. Conocí gente que me cambió la vida, tanto en el ámbito laboral como social. Hoy me encuentro muy feliz viviendo acá en California y espero poder quedarme acá por varios años más.
¿Cómo fue la postulación a Berkeley?
La etapa final del doctorado es bastante intensa. Uno manda un paquete a las diferentes universidades con cartas de recomendación de tus advisors, curriculum, el paper, y otras cosas. Después las universidades lo revisan y le mandan invitación para una entrevista a algunos de esos alumnos, en la que hay que contar de qué se trata el paper y te hacen preguntas entre medio. Una vez que te llaman a la segunda ronda tienes que ir a presentar tu paper a la universidad en una jornada que dura todo el día (este año por la pandemia se realizó en modalidad online). Ese proceso es entretenido, porque uno conversa con mucha gente muy inteligente y que está genuinamente interesada en tu paper. El problema es que uno sabe que están entrevistando a siete personas más, y que al final, le van a hacer oferta a uno o dos. Al final salió todo bien, pero la incertidumbre en el camino te mata un poco. Y tienes que estar dos meses rindiendo al máximo.
¿Qué expectativas tienes de tu nuevo puesto como académico?
Estoy muy contento de esta oportunidad que se me dio en mi vida. Espero poder ser un aporte tanto en lo académico como en lo humano acá en Berkeley. Me motiva empezar a enseñar y poder ayudar a alumnos a desarrollarse en sus carreras.
¿Qué le dirías a un estudiante que quiere seguir tu camino en la economía?
Diría que hagan lo que les gusta y no dejen nunca de lado su salud mental en ese proceso. Ser feliz en la vida es el desde. Desde ahí, cosas buenas pasan. Uno no debe nunca anteponer intereses profesionales por sobre el bienestar personal.