Tomás Rau: jóvenes que no estudian ni trabajan (ninis) superan los 336 mil con mayor presencia en mujeres
En un escenario laboral complejo (8,9% de desempleo) el académico recomienda dar prioridad a este segmento, pues su lenta incorporación a la fuerza laboral tiene efectos permanentes y negativos no solo en sus trayectorias, sino en el crecimiento del país y en la profundización de la desigualdad.

El mercado laboral chileno atraviesa una compleja situación. A la alta tasa de desempleo (8,9%), según las estadísticas oficiales, se suma la creación de solo 141 empleos en los últimos 12 meses. En este escenario hay un grupo que refleja un impacto especialmente significativo: 22 de cada 100 personas entre 15 y 24 están desocupados. Son los llamados Ninis (Jóvenes que no estudian ni trabajan), segmento donde en los últimos 12 meses el desempleo aumentó de 331.596 a 336.604 (variación de 1,5%) alcanzando un 13,2% de dicho tramo etario.
Según Tomás Rau, profesor titular de la UC, el incremento de los Ninis ha afectado principalmente a las mujeres en comparación a los hombres (173.623 mil versus 162.981). Su análisis se basa en la última Encuesta Nacional de Empleo (ENE), elaborada con los microdatos que publica el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
“Este aumento refleja no solo la debilidad del mercado laboral juvenil, con un desempleo que bordea el 22% y que en mujeres alcanza el 25%, sino también el riesgo creciente de que estos jóvenes se conviertan en una generación perdida en términos de capital humano y movilidad social”, destaca.
Tomás Rau alerta que “el país no puede permitirse desaprovechar el talento de más de 336 mil jóvenes en un contexto en que el envejecimiento de la población hace cada vez más urgente aprovechar al máximo el potencial de las nuevas generaciones”.
El académico considera que este tema y los instrumentos para revertir esta situación deberían estar en el debate político económico. Por ello, es imprescindible diseñar políticas integrales de inserción educativa y laboral, con foco en mujeres jóvenes, para evitar efectos permanentes en sus trayectorias laborales, además de frenar el crecimiento económico y profundizar la desigualdad. Esto debiese estar en los programas de gobiernos de todas las candidaturas”.

